Si caminar para ti resulta un suplicio o el pago de una penitencia por culpa de esos molestos callos es momento de que tomes las medidas necesarias para brindarle el tan anhelado descanso a tus pies. Quizás sea momento de hacer una revisión del tipo de calzado que llevas o de las rutinas de aseo que aplicas en tus extremidades inferiores; el hecho de que nadie las vea no significa que puedas descuidarlas.
Si al caminar el dolor se hace cada vez más fuerte debes empezar a
tratar las ampollas. Pero, ¿qué son en sí los callos? Se trata de unas durezas que casi siempre se dan en los dedos y otras zonas de los pies. Estas anomalías tienen su origen cuando se ejerce mucha fricción a los pies o manos, haciendo que la piel desarrolle un mecanismo de defensa que le ayude a protegerse de la formación de ampollas o úlceras que, eventualmente, podrían llegar a ser infecciosas. Si bien cuando recién se forman los callos no producen dolor, con el transcurrir del tiempo se pueden hacer bastante molestos, dificultando el movimiento y nuestras idas y venidas.
Si eres una asidua de los tacones te tengo una mala noticia: este tipo de calzado podría generar dolencias permanentes en los pies, así lo afirma el sitio
http://www.panorama.com.ve/. De acuerdo con esta web, los famosos tacones puntiagudos son los responsables de la aparición de juanetes y callos en los pies, así que quizás sea hora de considerar un nuevo look que no te maltrate tanto.
Como aliviar el problema de los callos
Tal vez hayas sentido el deseo de arrancarte de un solo tajo aquellos dolorosos callos que no te dejan caminar; ¡no lo hagas!, esto podría ser contraproducente ya que podría propiciar la aparición de infecciones, lo que agravaría la situación. Existen numerosos remedios caseros que te pueden brindar alivio al respecto, sin embargo, si los callos son originados por alguna enfermedad, como es en el caso de la diabetes, es menester que sigas las instrucciones de tu doctor, de resto, si no existe ningún tipo de restricción puedes considerar los tratamientos caseros que vienen a continuación:
Debes mantener siempre limpia y seca la piel de tus pies.
Nada mejor que un buen baño de agua caliente para tus pies después de una jornada atareada. Déjalos en remojo durante 10 minutos y empezarás a experimentar alivio.
En agua caliente vas a remojar tus pies por 20 minutos, luego raspa tus callos empleando una piedra pómez mediante movimientos laterales.
Para eliminar las células muertas que están acum...
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